martes, 20 de noviembre de 2007

¿Va a pagar con Visa o Mastercard?

O también "¿Y esta con mayo?".

Varios meses atrás pedí a través de la web una revista metalera, de cuya existencia me enteré en un blog dedicado a productos gratis que llegan a casa. Puros cachureos, la verdad, pero ante lo gratis no pude resistir. Llené el formulario correspondiente con toda la curiosidad, me preguntaba si la dichosa revista llegaría. A las tres semanas aparece el cartero con la encomienda. "Uh, la raja", pensé. Lo único que gasté en la revista fueron los 30 pesos que le dí al cartero. Contenta como cabro chico con juguete nuevo me puse a ver qué onda. Descubrí que era sólo un catálogo de poleras de bandas, accesorios, discos de rock y metal, posters y weás varias, pero contenta igual con el tema: lo que se pide por internet, a pesar de vivir a la chucha del mundo, llega de todos modos. De la revista lo que acaparó mi atención fue una polera de Onkel Tom Angelripper y unos bototos nunca antes vistos, a un precio de... no me acuerdo, pero eran sus cuantos euros. Empecé a sacar cuentas. "Mh... Sí, igual me alcanza para la polera y algún disquito", entonces fue cuando volví a la realidad...

No tengo Visa, tampoco Mastercard.

Ahí había puro efectivo, nada de tarjetas disponibles. No es que sea aficionada a pagar con plástico, todo lo contrario, para mí lo bkn es pagar con cash y no quedar con cagás de deudas, además que tampoco tengo cara como para andar sacando tarjetas si ni siquiera trabajo, ni un brillo. Pero este era otro caso, simplemente el efectivo no corría y la única forma por la que podría conseguir la polera de Onkel Tom y el disco de Korpiklaani era con una tarjeta. Para pensar más piolamente en el asunto y relajar las ideas, fui a buscar un vaso y me serví jugo. En el último trago me iluminé: las weás que quería eran cosas de las que perfectamente podía prescindir. No me moriría sin esa polera, tampoco se alteraría el orden cósmico si no tenía ese disco (bueh, sinceramente, de todas formas lo iba a descargar, haha). En otras palabras, estaba perdiendo el tiempo en desear weás que no necesitaba realmente. Después de eso se me olvidó el tema de comprar mierdas, nunca he sido muy consumista, no iba a sacar tarjeta para gastar por un puro "deslumbramiento". Ahí confirmé que soy más feliz con lo que tengo; si puedo tener más cosas, igual bkn, pero si no... da lo mismo, weón!!

Saludos ;-)